Los días en el taller...

De Nikky Nakayama - Chef´s table. Temporada 1

De Nikky Nakayama - Chef´s table. Temporada 1

Pues este primero de diciembre cumplí 2 meses completitos en este nuevo taller. Mis sentimientos son muy mezclados; entre emoción, nervio, duda, alegría, certeza, estrés y satisfacción.

Ahora hacer platos en el roller, vaciar, quemar, esmaltar, barrer, administrar, todo tiene su propio espacio y lugar, quién diría...

La cerámica es un material de ciclos. Preparar material - mezclar sacos, amasar, preparar barbotina, vaciar, pellizcar, levantar formas, secar - secar - secar, pulir, lijar, entra al horno, sale del horno, mezclar esmaltes, cernir grumos, ajustar colores, limpiar brochas y en medio de todo es un enjuagar y enjuagar hasta quedar con los dedos arrugaditos, detallar, meter al horno, sale del horno. Y al mismo tiempo que esto sucede, sucede todo lo demás, ósea el proceso se divide en varios que pasan simultáneamente. 

Y pareciera mecánico y pareciera rutinario; la cuestión es que no lo es, para nada lo es. Porque el clima, el humor, los moldes, el horno, la pincelada todo eso que depende de las manos es 100% cambiante, impredecible y aprendizaje continuo. 

Entre cada uno de estos procesos hay momentos en los que todo lo que esta en el aire, de aprendizaje se asimila. Ahora que tengo más espacio me ha dado por barrer, mientras barro estoy dejando que uno a uno me caiga el veinte de ideas y conclusiones. Camino de un lugar a otro, me quedo sentada viendo las repisas y viendo las piezas terminadas. Poco a poco las piezas van tomando vida. Recién hechas, algunas veces no se exactamente como deberían ir esmaltadas, no tengo idea. Salen del horno por primera vez y empiezo a identificarme con ellas, les veo la intención de ser de algún color en particular y de alguna forma en particular. Empiezo a hacer sets, o no. 

Antes de esmaltar, las piezas deben enjuagarse de todo polvo y dejarse secar al menos unas 4hrs, aquí agrupo, decido, programo los esmaltes y voy dandole forma a lo que saldrá del horno. Cuando son pedidos específicos esta bien claro, y se vuelve un poco disfrutar lo que se hace y hacerlo con el máximo de atención. Más cuando son piezas de Calixta, que aún no tienen dueño, a veces busco formas distintas de esmaltar, otras veces recuerdo algo que quiero hacer y lo intento. Estas nuevas piezas, lo que he producido de dos meses para acá las siento tan diferentes, tome decisiones de colores y de manejo de esmaltes separando un poco mis inicios de Calixta con lo que hago ahora. Cada quema de esmalte me permito jugar con algunas piezas - a sabiendas que pueden salir bellas o pueden salir no agraciadas. Los happy endings hacen que este riesgo valga la pena.

Cuando las piezas salen del horno siempre hay una nueva presentación, volver a conocernos y sobre todo asimilar que eso que hice hace 4 días, es lo que hace 4 días debía hacer. Es muy loco esto del tiempo. Al ser producciones que salen cada 25 días -aprox - se vuelve clave el aceptar que esas piezas solo reflejan ese momento, y no los que vendrán.

Hace días platicaba en el taller que de donde más aprendo es de los pedidos de piezas nuevas, porque me orillan a pensar de manera diferente, y no ha habido uno que no venga con una pieza reto. Y esos pequeños retos son los que me hacen querer más cuando los termino y cierro.

Así las cosas en el taller...

Ya es diciembre, y estos cambios de año siempre me ponen a reflexionar y agradecer. Por eso un poco este post creo yo... actualizando mis deseos estoy. 

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