Una temporada de contradicciones... con más significado.

En esta época navideña hay muchas preferencias, reflexiones y contradicciones. 

Hay quienes prefieren evadirla, quienes la viven porque la familia obliga, quienes se ponen en mood hasta con villanzicos y tienen decorado apenas pasa el día de muertos su casa con foquitos y habemos quienes la vivimos el mero día, sin tanto preparativo. 

Soy de las que disfruta mucho los días (los días exactos no tanto los pre). Durante los más de 30 años que he vivido navidades consciente, tengo en mi memoria días en los que la pijama es el único código de vestimenta admitido, días en los que el horario no importa. Colchas tejidas por mi mamá viendo una buena y repetida película, la música de mi papá en la casa - solo porque si -  planear un menú rico de comer, reflexiones, agradecimiento, abrazos, momentos de silencio porque es siesta o momentos de mucho ruido porque hay tíos invitados para el recaliente. 

También esta el otro lado de la moneda... la nostalgía por los que ya no están, ese pendiente que no se pudo resolver y que tendrá que ser el próximo año, los momentos en los que nos llega a la mente el "deber ser" de las cosas, el trabajo que a veces no puede esperar, estar lejos de casa, los compromisos que no queremos y que sin darnos cuenta tenemos y la expectativa de lo que debemos dar y recibir. 

Sigo este blog - Becoming Minimalist - desde hace tiempo. Aunque lo leo de tiempo en tiempo, cada que entro me encuentro con algo que me hace preguntarme... ¿lo estoy haciendo bien?

Hace poco salío este artículo - 5 Tips for a More Intentional Holiday Season -. Me gustó el título, para una temporada festiva con mas intención, con mayor significado. De los 5 puntos me quedo con 2. 

1. Revisa la postura de tu corazón. 

Ser honestos con el tiempo que damos, el lugar donde queremos estar, las personas con las que queremos convivir, quitar la expectativa de lo que merecemos y lo que debemos probar. 

y el 3. Enfocate en el dar.

Seguro que recibir regalos es algo muy padre, comprarle algo a alguien para que nos recuerde es un gesto que a todos nos gusta. Participar en alguna colecta, ayudar con algo de despensa a quienes tienes cerca que te ayudan en el aseo de tu casa o ese lavacarros de la colonia, acercarnos a quienes no frecuentamos por la dificultad de agendas o aprovechar los días relajados para hacer algo por las personas a las que durante el año no les dedicas tanto tiempo como quisieras. 

En el taller los días húmedos de la época hacen que la producción tarde mas en secar, que busque el calor del horno para mantener el espacio en condiciones para trabajar y que mis manos esten heladas todo el tiempo de tanta agua y el contacto con los materiales. Disfruto mucho abrir el horno y ver el resultado de semanas de trabajo; no siempre es perfecto, pero cuando la quema es única la sensación me hace hasta bailar, también disfruto envolver la cerámica ya lista, esos pedidos o regalos que alguién pensó para sus seres queridos, imaginar que alguién lo abrirá me da un nervio/emoción, ¿le gustará? ¿se conectará con el bowl? ¿que pensará? En general, en todos los proyectos, negocios y trabajos, son un poco días de locura creo yo. 

Lo bonito dentro de tanta contradicción es que al final se llama época navideña, porque viene de navidad, de nacer, o en este caso de renacer. Pienso y siento que que afortunados y que divertido poder renacer en este ritual cada año. 

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La sopa que nunca se acaba.